miércoles, 15 de julio de 2015

Boconó / Crónica de un desastre anunciado

La construcción de viviendas en el cause del río denota una actitud suicida
Cuando ocurren las desgracias la principal preocupación de los testigos y agraviados es buscar culpables, esa tendencia muy humana esconde un alto grado de corresponsabilidad, si buscamos los culpables por fuera estamos demostrando de algún modo que la culpa no es nuestra.
Autoridades atienden la emergencia en Boconó.
Para ser específicos, lo ocurrido en Boconó en días recientes, hechos por demás muy lamentables como fue la crecida y desbordamiento del río Boconó, suceso que afectó a casi 400 familias y que afortunadamente sólo dejó pérdidas materiales, es un claro ejemplo de ello.
Aquí es donde vale preguntarse, ¿quien fue primero, el río o las viviendas?
Nos hemos vuelto insensibles al tema de la prevención porque ponemos por delante la necesidad primero que la vida misma.
La falta de previsión fue el detonante de la contingencia
La necesidad de tener una vivienda nos ha llevado a irrespetar los límites de la naturaleza. Aún recordamos con pesar como en la década de los 80 una tragedia similar afectó al "Jardín de Venezuela", dejando un gran dolor y por la misma causa, la crecida y desbordamiento del río Boconó, sin embargo seguimos asumiendo una conducta irresponsable, construyendo, ahora con el aval de organismos oficiales, viviendas en sitios no aptos. Después que construimos, presionamos al gobierno para que nos provea de servicios y cuanta cosa se nos ocurra a sabiendas que estamos construyendo en el ojo de un huracán. Vale la pena recordar el precepto bíblico del hombre que construye sobre arena y el que lo hace sobre roca firme, pero nada de eso, ni las campañas de los ecologistas, ni los consejos de nuestros viejos que siempre nos dicen que los ríos buscan sus causes, nada de eso logra convencernos de asumir una conducta más responsable en cuanto a los espacios que nos pertenecen a nosotros y los que son propiedad de la naturaleza. La violación inconsciente y permanente de esos límites con llevan a lo que sucedió en Boconó. Ahora solo nos toca asumir una actitud solidaria ante lo que pudo evitarse y rogar al Dios Supremo que los golpes sirvan de enseñanza a esta sociedad que viaja desbocada hacia su propia destrucción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario